°_Pez de Marte_° |Poemas|

5/12/2006

POEMAS

NOTA: Todas las letras expuestas en el presente portal son de total autoría de Guillermo Nolasco Rodríguez "Pez de Marte".


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Sacrificio


Noches de estelas iluminan el camino desprendido de la soberbia luna
Imágenes revolotean sobre mi cabeza y ciertos espejismos desean salir de este recóndito lugar, las esperanzas no son más que desahuciadas y petrificadas marzoletas de plata, perdiendo lo único tardío que les queda entre un cielo iluminado por estrellas de oro y sal…


Llévame al lugar donde ocultas las almas
Al lugar donde escudas mi espalda
En esta noche que el cielo ha ofrecido
Pues van cayendo plagadas de escorias
Sin más pasado que absurdas historias
Y una prosa que no floreció

Vamos! anda entre el camino cerrado por algunos centinelas
Que se rehúsan a dejar el lado más oscuro del sol…
Vamos! Anda entre el camino mas lejano, entre el apartado y solitario adiós
Desciende por las escaleras que llevan al cielo,
Por las oscuras y angostas puertas de dios!

5/11/2006

Me encuentro acercando rumores


Me encuentro acercando rumores
como que aun aparece el alba por la mañana,
como que aun encuentro un alo de luz en ti,
como que aun aparecen historias realizadas sobre mi almohada,
como que aun existe aquella luz cuando tu cuerpo reposa en mi.

Me encuentro acercando rumores sobre mi ventana,
rumores petrificados, asolados,
pero en fin, son rumores,
rumores que tienen mucho que contar,
mucho por ver, saber o quiza entender.

Es por eso que me encuentro acercando rumores,
tan solo espero que alguno de ellos llegue a ti...

Pd. Por ahi escuche que el sol se te parece y que la mañana te pide permiso para salir.

Hoy ten miedo de perder


Hoy ten miedo de perder
Pues será mas fácil detener el tiempo que mis lágrimas
Como me será imposible encerrar más horas dentro de mis sabanas
Y capturar sonrisas en medio de una carcajada
Hoy ten miedo de perder
Ya que los sueños no son sueños sin esperanza
Puesto que solo de promesas no vive el alma
Y las palabras, no son más que eso, solo palabras
Hoy ten miedo de perder
Porque el mañana, ya no es futuro
Porque el futuro, ya es presente y el presente ya es pasado
Y el ahora, ya paso…

Arremete Viajera


Arremete, viajera neutral de los abismos
Condicional de los parajes sin ecuador
Desmiente a tu paso cada roca en el camino
Y acurruca en tus maletas las verdades que olvidaste al partir

Arremete viajera
Arremete como lo harían dos caballos blancos
Arremete como lo haría una paloma en pleno vuelo hacia su hogar

Arremete, viajera incondicional de los lamentos
Fabricante de esperanzas en los versos más perversos
Acaricia sin descanso cada brisa celadora en tu mirada
Cada bruma acumulada en las palabras que tendiste al pasar

Arremete viajera
Arremete como lo harían dos caballos blancos, nuevamente
Arremete y despide en un descuido los sentidos, las estelas, mis caminos

Esta noche, arremete viajera...
Arremete, pues no habrá más que hacer que creer en lo que has hecho

Por eso esta noche, arremete viajera

I




Háblame del secreto que dejaste olvidado en mi habitación,
Aquel que con el tiempo paso de brisa en brisa hasta acabar en estas manos, raudas por salir
Serán silencios entreabiertos o es el bullicio encerrado en un armario
Prisionero de la soledad y de la locura que junto a él está


Cuéntame del acento que resalta en tu voz,
Esa primaria ternura que desencadeno la frenética presencia del amor
Envuélveme en un abrazo, en un retazo de pasión
No es más que un momento o un segundo, pero solo te pediré un favor
Que sea eterno…


-¿Hay cosa más sublime que un beso?-
-¿Hay cosa más hermosa que un verso que encaje en un renglón?-


Dice un perro ladrando a la luna
Mientras lo escucho desde tu cintura, letamente me oculto en la bruma y me pongo a llorar
Descifro a cada instante un perdón y ayudo a que se oculte el adiós
Delátame tu estandarte, déjame ser chauvinista en tus sueños
Enséñame a vivir en tus melodías, en recuerdos y si no es molestia,
En el vaticinio de la nada.
Callado me quedare con la fragilidad de un reflejo,
Esculpiendo nuestros nombres en cera fría que cobijará por siempre la incandescente llama de nuestro amor

II



Quizá sea el destino, que por un segundo se convirtió en el triste mentor
De algo que no pudo ser, de algo que no pudo siquiera nacer
No se si sea yo el mendigo de aquella historia de amor
O si fui yo el que perdió en el azar de un juego de dos
Quizás sea el camino, que por un minuto se transformo en una temblorosa tonada
Del poeta sin poema o del lector sin un libro en su rincón
No se si sea yo el opacado silencio de aquella bulliciosa canción
O si fuiste tu la que no dejo, la que lanzo los dardos del desamor
Quizá mis palabras no sirvan ahora de nada, aun menos si es que todavía estabas
En las mañana de mis noches que despiertan sin legañas
No se si mi canto ayude en algo a mi cansado corazón
O si este se torture escuchando una y otra vez tu inesperado adiós
Sabes si esa nube que te cubre cual manto de lamentos
Es la misma que cegó los días que rogaban por conciencia
Reconoces mi llanto en tu sombría estación de cornamentas
Es el mismo que inundo tus ojos, tu luz, tu barca con dirección al sur
Ahora y solo ahora la mentira se hizo verdad
En el espejo, en el reflejo de nuestro dolor cansado ya de andar y andar

III


Siento en mi pecho el silencio
Cuando cubro tus sueños de noche
Y abrigo aquellos versos perdidos
Con una manta tejida con rayos de sol
Veo el reflejar de un espejo
Sentado frente a prófugos recuerdos
Que escapan sin saber de qué
Como cuando de mis manos escapa tu sombra
Y se oculta en la claridad del amanecer

Siento en mi pecho el destino
Descartando momentos vividos
En el despertar de las hojas al caer
Y veo dos versiones esbozadas en tu voz
Que relatan enfrentados cuentos de amor
Callo el silbido matutino
Eterno ornamento sin sentido
Que deshila tus tardíos labios
Desafiantes por llegar al “no ser”
Como cuando de los ojos del camino
Se escapa un trazo venidero hasta el final

Vaticino tu pecho mojado
Por el rocío que no son más que lagrimas del sol
Al igual que las mañanas son el despertar de la noche
Y esta el dormitar de tus eternas mañanas